El tío

Ayudante contable de ‘Grandes Tiendas Sta. Rosa’. La camisa de vestir abrochada hasta el cuello sin corbata.

Lo estoy viendo.

La lapicera fuente made in China de regalo que conservo.

El juego de pelota. La mirada siempre triste. La ayuda mensual a la madre: la mesada, esperada con avidez y necesidad por la abuela. La sumisión a su familia. El fiat 1600 0km. Que no pasó de segunda en un viaje a Mar Del Plata porque el manual no lo indicaba

La casa del barrio de la Boca con el baño elevado en el medio del patio.

Su departamento nuevo en Once: mujer, hijos, suegra y cuñado habitándolo junto a él.

Comprado por la cercanía de la hermana: mi madre, y la madre de los hermanos.

Mi tío, otro hombre bueno.

Queda el recuerdo, la intuición de lo que pudo haber sido, y el diálogo pendiente, imposible, deseado.

Le gustaba mucho el fútbol, hincha de su Rosario natal. Lástima, no conoció a Maradona.-